Recorro y observo, me pongo en los ojos de mi visita ¿cómo pasó esto?
Mi casa
Como el desagote del lavarropas se tapó, la manguera atraviesa la cocina hasta la rejilla. La pared destruida alrededor de la llave de paso que el plomero arregló y dejo “abierto por unos días para ver si pierde” está por cumplir su primer añito de vida. La plancha en la mesada. El cenicero lleno de tornillos y figuritas. El cochecito roto, que el bebé dejó de usar hace dos años, duerme en el rincón cargado de libros, ropas y paraguas. Sobre la silla que no se usa, la pila de diarios viejos. De la heladera cuelgan volantes amarillos y facturas de servicios pagadas. Arriba del microondas una serie de frascos vacíos y más abajo la bolsa de basura que anoche me dio fiaca sacar riega su fluído por las juntas del piso. El desorden se multiplica. La angustia también.
Mi ciudad
Salí a recorrer mi ciudad y eso fue lo que ví.
La contaminación
Nuestra región, (y me refiero a región incluyendo nuestra ciudad, provincia, país y países vecinos) está siendo marcada por un tema que hasta hace poco tiempo tenían relevancia relativa a nivel masivo. Surgen espontáneamente, en distintos lugares, grupos —más o menos masivos— que reaccionan frente a un hecho contaminante, defendiendo su calidad de vida. Gualeguaychú es hoy el símbolo más claro: intentan desarrollar el polo pastero más importante del mundo justo ahí, en su rostro. Y se resiste.
Pero hay otras contaminaciones que alteran nuestra calidad de vida, y son también peligrosas. Solo que no nos damos cuenta, porque no son tan concretas como aquella.
La visión
Nuestro cerebro tiene una capacidad limitada de procesamiento de datos. Recibe información que captan los sentidos, los procesa, y elabora su devolución.
La vista es el sentido que mayor cantidad de información le provee y, por lo tanto, el que más lo exige en su capacidad de procesamiento. Cuando el cerebro se ve exedido le pasa lo que a la PC: se cuelga. Se estresa, no puede reaccionar bien, está sobrecargado.
El ejemplo más claro: entramos al supermercado y vamos a la góndola de los lácteos: colores vivos, formas llamativas, personajes de la tele, sorpresitas. Ya ni me acuerdo que venía a buscar. Bueno me llevo este postrecito para el nene, que tiene a Mickey.
Cuando llegué a casa me di cuenta que lo que fui a buscar era el queso para la pizza.
Mi cerebro no pudo procesar tanta información correctamente, se vio superado, y buscó un atajo para salir cuanto antes de esa agresión.
Lo mismo es lo que sucede cuando transitamos por la ciudad.
Carteles, luces, anuncios, vehículos, construcciones, baches, postes, antenas. Todo es un cúmulo de estímulos que percibimos simultáneamente y que nos exige procesar gran cantidad de información extra, y nos desvía la atención. Esto, en el tránsito, es muy peligroso.
La contaminación visual
Investigando, encontré una buena definición: es el cambio o desequilibrio del entorno (natural o artificial) que afecta las condiciones de vida y las funciones vitales.
Como se ve, está en relación directa a nuestra calidad de vida, desarrollo social y la interacción con el medio ambiente.
Las causas de esta contaminación son variadas y de diverso origen.
• Pica en punta la publicidad comercial. La carrera por captar la atención del observador apela a cualquier recurso y no hay normativa que resista ni repara en consecuencias: se sobrepone a todo.
• Tendidos de cables y antenas. Capítulo aparte. Los cables cruzan en todas direcciones, desordenados, arbitrarios, irrespetuosos. Por arriba de las calles, frente a las ventanas y balcones, por encima de los patios y techos. Las antenas son colosos que nos acechan con sus ojos parábólicos.
• Acumulación de basura y objetos en desuso. Los residuos en la ciudad, fuera de lugar o fuera de horario. Los elementos en desuso, en mal estado o abandonados: autos, bicicleteros, carteles viejos. La suciedad en las calles y veredas.
• Construcción y edificaciones. Se divide en dos partes. El proceso de obra, donde es habitual invadir las veredas con objetos y cerramientos. Generan incomodidad para circular y afean el espacio urbano. Y el estilo y resolución arquitectónicos. Cómo se inserta esa edificación en el contexto en cuanto a imagen, escala, interacción, etc.
• Campañas políticas. Se adueñan del espacio urbano, si te quedás parado un rato te pegan un afiche en la espalda. Postes, cordones, paredes, pasacalles, altavoces (contaminación sonora). Tienen la responsabilidad de quitar todo lo puesto luego de las elecciones, que suele no cumplirse.
• Campañas políticas. Se adueñan del espacio urbano, si te quedás parado un rato te pegan un afiche en la espalda. Postes, cordones, paredes, pasacalles, altavoces (contaminación sonora). Tienen la responsabilidad de quitar todo lo puesto luego de las elecciones, que suele no cumplirse.
• Luces e iluminación. La abundancia de luces, suele enceguecer. No permiten ver claramente las indicaciones y señales de tránsito, semáforos y luces de otro vehículos.
Estorban para ver el paisaje (urbano y natural).
En algunos de estos casos suele haber normativas no muy adecuadas, y a veces normas claras que no son respetadas. En otros, hace falta normarlos para evitar sus consecuencias negativas. En todos los casos hay responsables.
Esta nota es una invitación a comprometernos con la calidad de vida en todo sentido. Como ciudadanos, como instituciones o comerciantes, como funcionarios y profesionales. Cada uno puede tomar conciencia y hacer su aporte para vivir en una ciudad digna de ser vivida y disfrutada todos los días.
Estorban para ver el paisaje (urbano y natural).
En algunos de estos casos suele haber normativas no muy adecuadas, y a veces normas claras que no son respetadas. En otros, hace falta normarlos para evitar sus consecuencias negativas. En todos los casos hay responsables.
Esta nota es una invitación a comprometernos con la calidad de vida en todo sentido. Como ciudadanos, como instituciones o comerciantes, como funcionarios y profesionales. Cada uno puede tomar conciencia y hacer su aporte para vivir en una ciudad digna de ser vivida y disfrutada todos los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario